
La ansiedad es, sin duda, uno de los principales problemas de la sociedad actual. Además de disminuir la calidad de vida de quienes la padecen, se relaciona con múltiples patologías que pueden comprometer seriamente la salud. Desde un punto de vista fisiopatológico, la ansiedad implica una interacción compleja entre el sistema nervioso central, el sistema autónomo y el sistema endocrino. En Ayurveda, esta alteración se asocia directamente con un desequilibrio de Vata dosha, el principio del movimiento en el cuerpo y la mente.
Enfoque Occidental: La Fisiopatología de la Ansiedad
En el cerebro, la ansiedad se relaciona con un desequilibrio entre diferentes zonas anatómicas, como la amígdala, que procesa el miedo y las emociones; el córtex prefrontal, encargado de la regulación racional; y el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA), responsable de la liberación de cortisol y otras hormonas del estrés que mantienen al organismo en un estado de alerta.
A nivel neuroquímico, se observan tres principales alteraciones:
Aumento de la noradrenalina, lo que genera una activación simpática excesiva con síntomas como taquicardia, sudoración y tensión muscular.
Disminución del GABA, lo que impide la inhibición neuronal y favorece la excitabilidad constante.
Disminución de la serotonina, lo que afecta la regulación emocional y contribuye a la sensación de angustia y desesperanza.
Estos desequilibrios provocan una hiperactividad del sistema nervioso simpático, causando síntomas como insomnio, inquietud, pensamientos acelerados y contracturas musculares. Si esta condición se mantiene en el tiempo, puede generar un agotamiento del organismo, afectando la digestión, el sistema inmunológico y la estabilidad emocional.
Enfoque Ayurvédico: Vata en Desequilibrio
En Ayurveda, la ansiedad se vincula principalmente con un desequilibrio de Vata dosha, que gobierna el movimiento, el sistema nervioso y la mente. Vata es ligero, seco, móvil e irregular, y cuando se agrava, genera un estado de inquietud y miedo constantes que se reflejan tanto en la mente como en el cuerpo.
Cuando Vata está en exceso, aparecen síntomas que están presentes en la mayoría de los pacientes con diagnóstico de ansiedad, tales como:
Pensamientos acelerados y dificultad para concentrarse.
Insomnio y despertares nocturnos.
Palpitaciones y respiración superficial.
Sequedad en la piel y el tracto digestivo, causando estreñimiento y gases.
Sensación de inseguridad y miedo irracional.
Este estado de desequilibrio de Vata coincide con la hiperactividad del eje HHA y la sobrecarga del sistema simpático descrita en la fisiopatología de la ansiedad.
Como se mencionó anteriormente, a nivel neuroquímico, la ansiedad presenta tres principales alteraciones que se corresponden con el desequilibrio de Vata:
El aumento de noradrenalina genera una activación excesiva del sistema nervioso simpático, lo que se refleja en taquicardia, sudoración y tensión muscular. Estas manifestaciones son características de un Vata agravado, que impulsa el cuerpo a un estado de alerta constante.
Por otro lado, la disminución del GABA, un neurotransmisor inhibidor que ayuda a calmar la actividad neuronal, provoca una excitabilidad constante. Esto se traduce en insomnio, dificultad para relajarse y una sensación de descontrol mental, síntomas propios de un Vata alterado, que impide el descanso y la tranquilidad.
Además, la disminución de serotonina, responsable de la estabilidad emocional, favorece la angustia y la desesperanza.
Desde la visión ayurvédica, este déficit neuroquímico tiene su correlato en la disminución de Ojas, la esencia de la vitalidad y la estabilidad emocional. Cuando Ojas se debilita por el estrés crónico, el cuerpo y la mente se vuelven más vulnerables a trastornos como la ansiedad, ya que Ojas es el encargado de proporcionar resistencia física y mental, así como una sensación de bienestar profundo.
El predominio de Vata en el sistema nervioso también explica por qué la ansiedad sostenida en el tiempo puede afectar otras funciones del organismo. La hiperactividad mental y el estado de alerta constante agotan los recursos del cuerpo, debilitando el sistema digestivo, alterando el metabolismo y afectando la respuesta inmunológica (relacionada con Ojas). El insomnio, la inquietud y las contracturas musculares son manifestaciones físicas de este desequilibrio que, de no ser corregido, pueden derivar en un estado de agotamiento profundo.
Cuando la ansiedad se acompaña de irritabilidad, impaciencia o sensación de ardor interno, puede haber también una alteración de Pitta dosha, lo que agrava aún más la respuesta del cuerpo al estrés. Sin embargo, el eje central del desequilibrio sigue siendo Vata, cuya naturaleza de ligereza y movimiento descontrolado mantiene la mente en un estado de agitación constante.
Enfoque Ayurvédico para Calmar la Ansiedad
El tratamiento ayurvédico busca calmar a Vata y restaurar Ojas, regulando al mismo tiempo el eje HHA y equilibrando los neurotransmisores. Algunas recomendaciones clave incluyen:
1. Alimentación para estabilizar Vata
Priorizar alimentos cálidos, untuosos y nutritivos como sopas, guisos, ghee, almendras y dátiles.
Evitar comidas frías, secas y estimulantes como café, alcohol y alimentos muy picantes.
Incorporar infusiones relajantes que deben estar acordes a cada uno de los doshas de base del paciente.
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2. Rutina diaria (Dinacharya) para reducir el movimiento excesivo
Mantener horarios regulares de comida y sueño.
Evitar el uso excesivo de pantallas y la estimulación mental nocturna.
Practicar Pranayama, especialmente la respiración alterna (Nadi Shodhana) para activar el sistema parasimpático.
3. Terapias Ayurvédicas para calmar la mente
Abhyanga: Masaje con aceites calientes como sésamo para estabilizar el sistema nervioso. Para saber mas has click aqui
Shirodhara: Aplicación de aceite tibio en la frente para relajar la mente y reducir el estrés.
Baños calientes con aceites esenciales de lavanda y sándalo.
El enfoque ayurvédico no solo aborda los síntomas de la ansiedad, sino que trabaja en la raíz del desequilibrio, regulando el sistema nervioso y fortaleciendo Ojas para recuperar la estabilidad emocional. En un mundo cada vez más acelerado, entender cómo Vata influye en nuestra salud mental nos permite adoptar hábitos que nos devuelvan la calma y el bienestar.
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